Modelo Productivo Económico
¿La política se hace en base a la economía? ¿O la economía se hace en
base a la política? Bien independientemente de las subjetivas apreciaciones de
cada quien en cuanto a este tema en especifico, si hay algo cien por ciento
constatable y verificable es que con el pasar de los años las “ideologías
políticas” han ido cambiado de nombre, pero no de resultado, y a lo mejor
tampoco de fondo. Una y otra y otra vez se han venido repitiendo los mismos
errores del pasado. Claro está, el “Hecho en Venezuela” aún tiene muchos puntos
por desglosarse, pero primero debe empezar a montarse el aparato productivo y
su funcionamiento, para posteriormente ir estableciendo las directrices
políticas que regirán la labor. Al parecer la economía hace la política.
El modelo de desarrollo sustentable a nivel mundial es más un nirvana
que una realidad; las estadísticas, cumbres mundiales, artículos relacionados,
estudios, y todo aquello no ha sido más que “charlatanería” en su forma más
pura. Actualmente en el mundo no existe un modelo económico sustentable que
permita cuidar los intereses del ser humano y de la tierra a su vez. Claro,
algunos dirán ¿pero que los intereses de la tierra no son también intereses del
ser humano? Pues sí, a lo mejor sí ¿La respuestas debería ser esa no es cierto?
Pero no todo el mundo parece comprender la repercusión de sus actos en el mundo
actual, y sí de países consumistas y destructores del medio ambiente nos
referimos, nosotros compañeros míos, somos unos de los países que activamente
colabora en mayor medida a esas tendencias consumistas y destructoras del ecosistema
¿Por qué?
Bueno, la situación actual de la economía venezolana ha hecho que sea
mucho más productivo el importar y distribuir a fabricar. Los bajos costes de
combustible en el país permiten realizar traslados de mercancía a diestra y
siniestra sin medir el impacto ambiental que dichas acciones tienen para el
futuro de nuestros hijos. Con una moneda “subsidiada” por el gobierno, esos
dólares que algunos venezolanos logran adquirir mediante distintos métodos a un
precio irreal, son constantemente utilizados para la importación de productos
de todas partes del mundo: llámese China, Panamá, Usa, Brasil, Colombia, Rusia,
México, Argentina, etc. El efecto negativo de todo esto viene a darse por la
implementación de combustible en los buques mercantes y empresas navieras
utilizadas para llevar bienes y alimentos de un lugar a otro. La pregunta es
¿Por qué fabricar monstruosas máquinas para transportar textiles, alimentos y
“boberías” de un lugar a otro? Sí lo más lógico es que ese tipo de cosas sean
fabricadas y cosechadas en nuestro país, para así fomentar y crear campos
laborales, ahorrar dinero en el pago de transportes y aranceles, y de la misma
manera disminuir el impacto medio ambiental evitando el derroche de
combustibles y gases. Pero, al parecer no pensamos en eso. El ciudadano común
por supuesto que no, y el gobierno sí que menos. Ese mismo gobierno que día
tras día acusa a los Estados Unidos de América de ser su enemigo político e
ideológico más grande, le tiene como socio comercial número uno. De hecho un
poco más del 20% de las exportaciones de nuestro país, son hechas a los Estados
Unidos, muy por encima del segundo lugar que representa China con
aproximadamente un 12% de las exportaciones; en cuanto a importaciones sucede
lo mismo, el 23,70% de importaciones son provenientes del imperio gringo, datos
que sin duda nos hace preguntarnos, ¿y todo ese palabrerío indecente qué?
Que no quede la menor duda que el modelo económico estadounidense es
quizás el más dañino y nocivo que existe y ha existido jamás para la humanidad.
Hoy en día los televisores, laptops, lavadoras, inclusive vehículos y bombillas
eléctricas, por citar pocos ejemplos, ya que la mayoría de productos ostenta la
misma cualidad, y es que vienen con fecha de caducidad ¿La razón? El consumismo
prolongado y las ganancias exorbitantes. Sí, no es lo mismo vender 10.000
televisores en diez años a 100 dólares cada uno; a vender 500 televisores en 10
años, a 300 dólares cada uno. Al implementarle fecha de caducidad a los
productos, el empresario, o mejor dicho “los monopolistas exprimidores” se
aseguran que cada tanto el cliente vuelva a la tienda en busca de un nuevo
producto o dispositivo. Es esa la misma razón por la que hoy en día se nos hace
mucho más económico comprar una impresora nueva, que reparar la vieja. Este
sistema de mercado ha obligado hasta al más solidario a bajar la calidad de sus
productos, con el fin de poder disminuir los precios y poder competir en un
mercado “virtualmente sangriento”. Los carros a pesar de toda su tecnología, ya
no son tan resistentes como lo eran hace 50 años, cada dos o tres años las
personas buscan el modelo del año y empaquetan el anterior, la producción se
hace cada vez más ostentosa para el planeta tierra, pero a su vez más económica
para los productores. Si Venezuela realmente quiere oponerse al imperio, izar
orgullosamente su bandera, levantar la mano y protestar, debe empezar por
propiciar un modelo económico de desarrollo sustentable que brinde las
condiciones de trabajo óptimas tanto para el emprendedor e inversionista, como
para el empleado ¿Cómo hacerlo? Bueno, he aquí el meollo de la situación.
Por desarrollo sustentable y sostenible, entendemos un modelo económico
basado en la conservación, el desarrollo, la paz, igualdad y respeto hacia los
derechos humanos (específicamente hacía las generaciones futuras), en un ámbito
ecológico que permita el bienestar social sin que ello acarree un menosprecio
hacia el medio ambiente ¿Qué quiere decir? Vamos a trabajar y surgir, sin
perjudicar potencialmente el bienestar del planeta tierra. En pocas palabras:
Cuidar.
¿Cómo puede cooperar Venezuela? De antemano como hemos vaticinado
anteriormente debe cesar cuanto antes la economía de puertos e importaciones
que se ha manejado en Venezuela durante los últimos años. Las importaciones
obligatoriamente deben ser sustituidas por la producción y reparación. Las
grandes corporaciones mundiales han defendido sus intereses alegando que otro
tipo de modelo económico, no generaría puestos de trabajo suficientes para el
número de habitantes en el mundo; lo cual es totalmente falso, debido a que de
incorporarse productos de mayor coste, pero de mejor operatividad y duración,
también podrían incorporarse al mercado grandes empresas de reparación y
fabricación de piezas, para que en vez de producirse nuevos productos enteros,
se fabriquen piezas esenciales que puedan sustituir y reparar los daños. En
nuestro país debe fomentarse a como dé lugar la producción, pero aquello va
mucho más allá de un simple cambio en las fórmulas laborales; para lograr
aquello es necesario primordialmente un cambio en la mentalidad del venezolano,
en él cómo ve a la producción nacional, estos son aspectos inherentes al
orgullo nacional y todos esos valores que tocamos en puntos anteriores. Un
cambio de políticas económicas, no tendrá ningún resultado si no va acompañado
de un cambio de actitud de la población en general. En tiempos de guerra se
buscaba un líder capaz de despertar esos sentimientos de nacionalidad,
pertenencia y orgullo por su nación, para así enfilar a los ciudadanos a las
puertas del ejército, y de tal manera los soldados pudieran combatir con los
ojos cerrados por la causa que representa su lugar de origen.
Pues bien, nosotros no nos encontramos, y por cómo van las cosas hoy en
día, dudo que volvamos a encontrarnos alguna vez más en un encuentro bélico de
gran repercusión y transcendencia. La guerra de hoy en día no es armada, es
ambiental; no es sobre quien ocupa mayor territorio, sino sobre quien saca
mayor provecho del suyo. Venezuela actualmente no logra estar si quiera entre
las potencias de Latinoamérica, viéndose superada ampliamente por naciones como
Chile, y otras que vienen en curva ascendente como Perú, las cuales
sinceramente y sin ánimo de ofender, no están ni cerca de tener las riquezas
que posee la nación del oro negro.
Los puntos inherentes al líder para nuestra nación serán tocados
concretamente más adelante, por ahora debemos ocuparnos de materias mucho más
esenciales, como por ejemplo: como recuperar la confianza de los ciudadanos en
su nación y así rescatar el aparato productivo de nuestro país.
Bueno, tendrá que decir “Hecho en Venezuela”.
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