Si no es con votos será con armas
Pongamos en contexto el título de
este artículo: si no es con votos será con armas; repítanlo: si no es con votos
será con armas; más lento: si no es con votos, será, con armas. Las palabras de
Nicolás Maduro brotaron en un momento donde la estabilidad nacional es una
morisqueta desconocida, justo cuando los ojos del mundo reposan sobre sus
hombros se atreve a dictar en televisión frente a millones de personas que de
no alcanzar a sostener la revolución con votos lo haría con las armas. Si Pedro
Carreño se atrevió a poner en entredicho la salud mental de la Fiscal Luisa
Ortega por su actuar, ¿qué quedará para el timador de Miraflores quien se
encuentra encendido en fuego y a consciencia empieza a rociarse con gasolina?
Más que intimidar, lo que logró el presidente de la República fue desnudar su
limitada capacidad de análisis político, en una coyuntura delicada, donde mayor
tacto debe tenerse debido a la asonada en los cuarteles, Nicolás sigue cavando
su propia tumba llamando a las armas, cuando ha quedado claro que el pueblo lo
que quiere es civilización.
El problema de concepción del
chavismo es netamente ideológico y estructural, resulta absurdo que tras 18
años en el poder, sigan comportándose y hablando como guerrillas clandestinas
de choque y no como jefes de Estado, se manifiestan como si fueran ellos los
adversarios de una fuerza política, y no el poder per se, es por ello que constantemente eluden las culpas y tienden
a ventilar conspiraciones que solo existen en sus cabezas; es inaudito, que
tras casi dos décadas en el poder sigan con ese discurso selvático y
revolucionario, con esa idea del poder por las armas, con ese temperamento de
calentura y reacción, cuando el mundo lo que pide es relaciones civilizadas y
formaciones políticas equilibradas sin extremismo.
Luego de que Nicolás Maduro anunciara
que si no era con los votos, sería con las armas, un batallón de la Guardia
Nacional Bolivariana invadió el Palacio Legislativo, ese recinto sagrado en el
cual se han aprobado todas las leyes que rigen nuestros destinos como nación
—para bien o para mal—, ese momento en el que un grupo de hombres armados,
intenta asaltar las competencias de otro grupo de hombres civilizados dispuestos
a la ley, simboliza el rompimiento total no solo de las vías democráticas, sino
de la cordura estatal; los miembros del gobierno llaman a la barbarie, se
comportan como simios cuyo únicos argumentos para sostener el poder es la
fuerza y no las ideas, y lo más triste, es que no hay quien los saque del
camino de la estupidez. El oficialismo pareciera no darse cuenta que Venezuela
está harta de la violencia, de las armas, del terror, que lo que el país
necesita es paz —verdadera paz, no la que quiere imponer el gobierno a la
fuerza—, acuerdos, coherencia, valores, democracia, elecciones, libertad, una
economía sana; quizás son términos muy difíciles de procesar para una masa que
tras 18 años de mandato solo han sabido invertir todo el dinero de un Estado en
armas, drogas, y regalos; es por eso es que el país está como está, no hay
forma en que el hijo vaya por la senda del bien cuando su padre se comporta
como un despropósito; los secuaces del presidente de la República no se han
terminado de percatar que los años 60 quedaron atrás, esa época de revoluciones
armadas y conspiraciones que llevaban a los hombres a perderse entre las
junglas por años, para luego aparecer en calles y edificios dictando catedra de
igualdad provocando muertes innecesarias.
Lo que ocurre en Venezuela hoy día ya
no es asunto de ideologías políticas o cuestiones materiales, va mucho más
allá, es la lucha de la razón contra el salvajismo, de los valores contra la
corrupción, de quienes propagan la vida contra quienes llaman la muerte. El
oficialismo ya ha dejado claro cuál será la vía que tomarán en caso de que los
votos no los acompañen, y está muy claro que en efecto, los votos no los van a
acompañar; la única alternativa que le quedan son las armas, el chantaje, la
fuerza, la intimidación, la pregunta que hay que hacerse ahora es, ¿cómo va a
reaccionar el lado opositor?, ¿seguirán poniéndole el pecho a las balas o
buscarán vías alternas para detener la masacre anunciada?
Twitter @emmarincon
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