La guerra de las 9mm contra los pechos y los cráneos
Un centenar de muertos, ¿cuál es la
cifra que indica el cambio de estrategia?, la frustración es agobiante, va
llegando el momento de decir: ¡ya basta!, y no de violencia o represión, pues
eso está claro que el gobierno no va a escucharlo, si no le han dolido las
docenas de menores de edad asesinados con disparos al pecho, la cabeza y el
rostro, no creo que vayan a dolerles otros cien más, u otros mil más.
Lo de hoy en Caracas es superlativo
en el nivel de crueldad y oscurantismo, ya las almas opresoras no se esconden
bajo falsos escudos de “armas de dispersión”, apuntan 9mm a las cabezas y a los
pechos de los manifestantes cuyas únicas defensas son sus propios huesos y
órganos. ¡Ya basta!, ¡ya basta!, no es cuestión de gritárselo al gobierno, sino
a nuestros propios dirigentes, ¡ya basta!, ¿hasta cuándo seguiremos yendo a la
guerra contra asesinos endemoniados, armados con escudos de lata y piedras? ¿Ya
no es suficiente sangre?, ¿o cuánta sangre pasa a considerarse necesaria para
evaluar un cambio de rumbo?
No funcionó. Hay que decirlo. No
funcionó. A los megalomaníacos del ejército no les ha conmovido en lo absoluto
esta lucha desigual, y es quizás, hasta incoherente, terco, y tonto, seguir
poniendo la cara ante esbirros que sin contemplación disparan balas de muerte.
No es que no se ha conseguido nada, sí se ha conseguido, y bastante, son cada
vez más los venezolanos que repudian al régimen, son cada vez más los
organismos del Estado que apoyan la libertad, y son cada vez más los países que
secundan nuestra causa; nada ha sido perdido, el esfuerzo no ha sido en vano,
pero ha llegado la hora de decir, ¡ya basta!, ¿cuál dirección vamos a tomar?,
¿cuáles medidas más concretas vamos a ejecutar?, ¿hasta cuándo vamos a seguir
permitiendo que delincuentes comunes salgan a dispararle a gente inocente, a
menores de edad, a padres, hijos, esposos, primos, maestros, cuñados, obreros,
médicos, estudiantes, ingenieros, hermanos, agricultores, periodistas,
personas, sí, personas, gente, ¡seres humanos!, ¿hasta cuándo?
Hay artículos que se escriben desde la razón,
desde allí emanan la mayoría de ellos, pero este se escribe desde otra parte,
desde otra que no voy a mencionar, ¡ya basta!, no sigamos yendo a confrontar
una guerra donde la matanza es la única respuesta que recibimos, ¿qué puede
hacer un Fabián Urbina de 17 años contra asesinos enmascarados llenos de armas
y escudos?, ¿qué puede hacer?
Va llegando la hora de un cambio de
discurso, de un cambio de actitud, la naturaleza de la revolución bolivariana
del siglo XXI es la represión y la muerte, las alcantarillas del despropósito
es su campo de acción, ¿vamos a seguir esperando que rectifique un grupo de
personas con cientos de acusaciones de terrorismo y narcotráfico encima?
Los invito a reflexionar, a cada uno
en privado, en sus casas, con sus familias y amigos, y a los políticos también,
¿es útil, es necesario seguir enviando gente indefensa contra bestias
totalitarias y armadas? Es indudable que la lucha debe seguir, hoy más que
nunca, hoy más que siempre, o vamos hasta el final, o el final llega hasta
nosotros, la pregunta ahora es, ¿de qué forma vamos a llegar hasta él?
Twitter @emmarincon
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