La sociedad de valores muertos


Mientras unos piensan en sobrevivir y encontrar alimentos, otros piensan en patrocinios y contratos millonarios para satisfacer ambiciones personales. Mientras se deportan colombianos y se cierra la frontera, se hace una invitación formal a refugiados sirios para venir a Venezuela. Mientras existen miles de casos de homicidio, violaciones, y robos sin resolver, mientras hay un número desconocido de estudiantes y jóvenes presos por seguir a Leopoldo en #lasalida, mientras que todo aquello va sucediendo la gente sale a marchar indignada por la sentencia dictada a Leopoldo López; y no, por supuesto que no estoy de acuerdo con la sentencia de Leopoldo, sencillamente pienso que las personas deberían tener un sentido de solidaridad con todos los presos políticos y no exclusivamente con Leopoldo. Pero vamos a paso a paso…
La semana pasada se hizo eco en todos los portales de noticia venezolanos que Johnny Amadeus Cecotto hijo del expiloto venezolano Johnny Cecotto (dos veces campeón mundial de motociclismo y conductor de fórmula uno) se retiraría de su carrera como piloto debido a no recibir respuesta por parte del gobierno nacional con respecto a un patrocinio para poder participar en la fórmula uno; posterior a ello su padre explicó a medios de comunicación que aquello obedece a que Cecotto Jr. necesitaba del patrocinio para que el equipo le diera una plaza y poder competir en la máxima competición de automovilismo a nivel mundial. Ahora me pregunto, con la crisis económica, alimenticia, política, emigrante y social que afecta a todos los venezolanos, ¿realmente debería ser prioritario para un gobierno darle millones de dólares a un solo venezolano para que corra en un vehículo por las pistas de Mónaco? Y sí, tampoco estoy de acuerdo con el patrocinio de Maldonado por parte de PDVSA, me parece más aborrecible aún, a mi parecer para que un deportista en cualquier disciplina compita al más alto nivel debe hacerlo por méritos propios, y no porque el gobierno nacional pague millones de dólares para que un equipo se sostenga y pueda competir; eso sería como que mañana Salomón Rondón anuncie su retiro del fútbol porque el gobierno no quiso pagarle al Barcelona 100 millones dólares para jugar en el equipo. La verdad no tengo nada en contra de los Cecotto, quiero aclarar que ni les conozco, pero me parece desde todo punto de vista muy poco ético acudir al gobierno a pedir un patrocinio de millones de dólares cuando el país atraviesa semejante situación.
Luego viene el tema de los refugiados: ofrecerle refugios a personas en un país que no tiene refugio ni para sus propios ciudadanos, que hace menos de un mes expulsó miles de colombianos porque aparentemente estaban consumiendo los alimentos del pueblo venezolano, que no tienen ni jabón ni arroz en los supermercados, ¿refugio? Venezuela, ¿darle refugio a quién? Doble moral. 
La frontera se cerró para “derrotar la escasez”, pero lo único que consiguieron fue que los delincuentes (anteriormente bachaqueros) se dedicaran nuevamente a delinquir y atormentar al pueblo. ¿Se han tomado cartas en el asunto? Pregúntenles a quienes viven en los municipios en estado de excepción.
Con respecto al caso Leopoldo todo se ha dicho, pero el pueblo venezolano sigue cegado ante la misma dinámica: martirizar los políticos y esperar milagros. Es imposible que el venezolano vea a un político con ojos de funcionario público, o es un corrupto, o es una especie de Dios; pero nunca un funcionario, nunca un servidor, y es por eso que con esta sociedad, sociedad llena de valores muertos no podremos progresar sin antes aprender.


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