Guerra de sordos


Cuenta la leyenda que en los países desarrollados los gobernantes escuchan las necesidades e inquietudes de sus pueblos. Esta leyenda no ha podido ser constatada por el pueblo venezolano, cuyos líderes han sido afectados por la maldición del sordo.
Bueno, basta de fábulas, basta de realidad, basta de realidades que son fábulas, o de fábulas que son realidades, necesitamos coherencia, sí, una gran dosis de coherencia. El país se va por la tangente (esto no es secreto para nadie), el divorcio MUD—PUEBLO quedó en evidencia en la jornada de ayer cuando al trancón convocado no acudieron ni los propios convocantes ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué el pueblo se cansó? ¿Qué perdieron la esperanza? No, lo que sucede es que el pueblo se hartó de la falta de coherencia política y logística. En lo que va de año y con la instauración de la constituyente por parte del gobierno, la MUD ha repetido en miles de ocasiones que el sistema electoral venezolano es un sistema fraudulento (hecho que quedó en evidencia el 30 de julio con los cables de Reuters y las declaraciones del Presidente de Smartmatic), 80% del país ha planteado una lucha contra la dictadura para demostrarle a ellos y al mundo que en Venezuela reina una tiranía y que hay que desmontarla a como dé lugar. Entonces, resulta que luego de que el discurso MUD ha calado hondo en cuanto al desconocimiento de las instituciones secuestradas por el Estado, y ese mismo discurso escala a nivel global recibiendo un apoyo sin precedentes de múltiples naciones, la MUD decidió cambiar de estrategia e irse por el camino electoral para “salir” del régimen. ¿Absurdo no?
Pongamos las ideas en orden, pues en estos momentos necesitamos de sensatez política. Los problemas de la MUD son tanto de fondo como de forma, sus errores comunicacionales han progresado hasta codearse con el pobre discurso de CAP que condujo al país al caracazo hace un par de décadas y que a la postre nos metería en este castro—comunismo—populista—autoritario—terrorista—socialista—chavista—invertebrado. Si a cuatro meses del inicio de las protestas, y más de cien muertos en el camino, el régimen ha vuelto a pisar terreno firme, no ha sido por sus astucias, sino por la falta de conducción de sus adversarios, ya se ven muy lejanos aquellos días en los que Capriles, Guevara, Machado, Borges, o cualquier miembro de la mesa anunciara acciones de calle y el respaldo era monumental y contundente; que la represión ha tenido que ver en ello, sí, no se puede negar, pero más que la represión, la principal causa de esta apatía es la sordera de la clase política. Actualmente no existen encuestas que aclaren que parte del 80% del país opositor está dispuesto a ir a elecciones, lo cierto es que, según lo que se escucha en supermercados, barrios, conversaciones familiares, grupos de whatsapp, y redes sociales, una amplia mayoría está en desacuerdo en acudir a un llamado del régimen que los legitime —y aclaro, con esto no intento conducir a pensar a todo el que piensa que se debe votar a que no lo haga, a mi parecer ir a esas elecciones es un error, pero no soy dueño de la verdad y admito que la otra vertiente también tiene puntos a favor— pero más allá de ello, tu como cabeza de una gran mayoría en el país, no puedes llevar años pidiendo que sea deslegitimado tu gobierno, llamándolo dictatorial, acudiendo a organismos internacionales para denunciar la falta de democracia, mostrar pruebas de los fraudes electorales en el país, y a la hora de la chiquita inscribirte para participar en los comicios, ¿cuál es tu coherencia como líder político?, ¿cuál conexión existe entre tu discurso y lo que haces?
Pongamos algo en claro, acudir o no acudir a las elecciones no hará que salgamos del régimen por un milagro, más allá del tema elecciones regionales, lo que debe medirse es el tema credibilidad—confianza país, si en momentos cruciales como este le das la espalda al pueblo, el pueblo te la dará a ti, y como aspirante a jefe de gobierno quedarás desnudo. No saber escuchar es peor que no saber hablar, pues en ello se traduce tu labor como líder y gestor de las inquietudes y necesidades de un pueblo.
El tema de agenda a seguir para batallar con el régimen ya es otro punto más extenso, y sí, cabe la posibilidad de que acudiendo a elecciones regionales se ganen unas cuantas gobernaciones, pero también existe la posibilidad de que posterior a ello el régimen por la ANC desconozca los resultados de esas elecciones e instaure un nuevo poder superior a las gobernaciones, tal como hicieron con la Alcaldía Metropolitana y con la Asamblea Nacional, y así habrás ganado unas gobernaciones de papel, y habrás perdido tu discurso, tu coherencia, y la empatía con tu pueblo. Razones de sobra hay para desconocer las elecciones, fuera de que son extemporáneas y no se ejecutaron cuando debían, ya el CNE estableció que la MUD no podrá inscribir candidatos en siete Estados, y en otros como por ejemplo: Miranda, ya han inhabilitado al menos a siete posibles gobernadores (Capriles, María Corina, Leopoldo López, Ramón Muchacho, Antonio Ledezma, Adriana D´Elia, [próximamente Smolansky]), y así pasa igual en otros estados como Mérida, Táchira y Lara. Entonces el problema no radica en acudir al llamado a elecciones, el problema está en que piensas acudir a pesar de los atropellos del régimen, legitimando unas elecciones en las cuales ellos mismos están eligiendo contra quienes van a participar, y sabiendo que de ganarlas instalarán unas gobernaciones paralelas, y perderás la confianza del pueblo que te apoya.  
Dirigentes: no se pierde nada con escuchar, todo lo contrario, se gana y mucho. La maldición del sordo es peligrosa, puede ocasionar que el chavismo se enquiste para siempre en Miraflores.
Twitter: @emmarincon


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