¿Se viene el estallido?


La canción de Bersuit lo afirma, nosotros lo preguntamos… como latinos de sangre caliente que somos, estamos acostumbrados a las desdichas gubernamentales y al saqueo de nuestras naciones. ¿Parece una paradoja cierto? Vivir sumidos en una eterna disputa política, reprimiéndonos entre nosotros, dañando a nuestros conciudadanos; los hemiciclos de los poderes públicos parecen estar destinados a la eterna proliferación de las desgracias, al aumento de los patrimonios personales, a la corrosiva búsqueda de la venganza, así nos hemos formado como naciones, bajo esas coyunturas sociales hemos desarrollado nuestra historia ¿Cuándo iremos a parar? ¿Cuándo iremos a tomar conciencia?
Venezuela hace mucho que estalló, vivimos entre el caos, la desidia, el polvo, las cenizas, los restos de aquellas explosiones que nos convirtieron en un país que no podría catalogarse siquiera del tercer mundo, sino algo mucho más bajo; volvimos a la pre-historia, donde la violencia era la única forma de conseguir alimentos para nuestros hijos, donde la barbarie y la fuerza bruta era la manera de demostrar el poder; a ciencia cierta, y jurídicamente hablando, ya ni siquiera podríamos considerarnos una nación, puesto que los atributos exigidos para considerarse tal cosa requiere un territorio, una población, y poseer un gobierno establecido, y en nuestra tierra al norte de Sur América, el último requisito hace mucho que dejó de existir.
Bersuit cantaba: y ya no hay ninguna duda, se está pudriendo esta basura… ellos en su momento lo dedicaron al gobierno de Menem, aquel que supiera saquear las riquezas de todos los argentinos. No podemos hablar con eufemismos, la pestilencia que azota las calles de Venezuela no tiene igual, por cosas menores han caído otros gobiernos, y parece insólito que en el país ocurran a diario robos, asesinatos, linchamientos, saqueos, alteración al orden público, enfrentamientos entre civiles, guerras de cuerpos armados contra delincuentes, y de delincuentes uniformados contra los mismos, u otros, y Maduro siga siendo capaz de subirse a una tarima luciendo de fondo los ojos de Chávez y clamando que la revolución está más viva que nunca.
¿A quién quieren engañar? O mejor dicho, ¿por qué se engañan? No solo sus acciones no tienen sentido desde el punto de vista ético o moral (no discutiremos si la tienen o no); sino que adolecen de racionalidad, el chavismo pierde a diario la fuerza política que tardaron décadas en construir, a todas estas lo más conveniente para ellos sería la renuncia del primer mandatario, para posterior a ello dedicarse una vez más a recorrer las calles y vender su panfleto revolucionario. No solo dinamitaron el país, se están dinamitando a ellos mismo, la pregunta aquí es, ¿con cuál sentido? ¿Pretenden inmolarse acaso? Alabar al Dios Chávez como muestra de lealtad y compromiso…
De lo que todos los venezolanos están claros es que esto debe acabar, más temprano que tarde, la pregunta que todos nos hacemos es,  ¿cómo terminará? ¿Sacrificará el chavismo su cabeza para intentar luego reavivar el cuerpo? ¿O terminarán de hundirse hasta llevarse a la tumba los vestigios de una revolución podrida?

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