La rebelión de las masas
Tomo prestado el nombre del ensayo de
Ortega y Gasset debido a que por casualidades del destino es mi lectura actual.
Si bien el mencionado libro se escribió en un contexto totalmente diferente al
nuestro (la ascensión del fascismo al poder en Europa), nos servirá de ejemplo
para observar como una masa (también muy distinta a la que hoy adversa al
gobierno venezolano) fue suplantando espacios de la elite creando un grupo de
personas homogéneo que de a poco fue rompiendo las clases elitistas.
Pues bien, en nuestro universo
paralelo precisamente la elite es el hombre masa, y el hombre masa es un
conjunto de individuos derrotados que han observado cómo los años de revolución
se han llevado lo mejor de sus vidas. El sueño de Karl Marx vive al norte del
continente sudamericano, que cualquier ignorante sin dotes de pensamiento se
equipare o inclusive pisotee y someta al hombre culto y estudiado. La realidad
así lo demuestra, por difícil que sea de entender para cualquier extranjero al
gobierno venezolano lo manejan choferes de autobús, porristas, narcotraficantes
y lacayos, mientras que la masa se ha conformado por ingenieros, médicos,
abogados, artistas, empresarios, intelectuales, y un sinfín de profesionales
que curiosamente ya no pueden ni ejercer sus profesiones, después de todo no
hay mejor forma de dominar una nación que destruyéndola (sí, ese es el único
fin del comunismo). Interpretar que todo esto sea verdad es una dura realidad
para el venezolano, tanto para el que está dentro, como para el que está fuera,
escuchar frases de extranjeros que mencionan a la Caracas de los 70 como la
mayor metrópolis de América Latina y verla reducida hoy en día a cenizas con
edificios grises, y poblaciones invadiendo los basureros es una pesadilla
distópica que ni en Mad Max se puede representar.
Poniendo todo esto en contexto
entonces podremos deducir que la lucha que libramos los venezolanos hoy en día
es quizás la más desigual de todos los tiempos, pues en el pasado el hombre
masa disponía de la brutalidad de la ignorancia, lo cual podía dotarlo de una
violencia que a la postre podía conseguir la consecución de espacios haciendo
el uso de la fuerza. En la Venezuela del presente el hombre masa es la elite, y
la elite pasó a ser masa, es por ello que el primero posee las armas, el
dinero, la fuerza, y el don de la ignorancia, mientras que el segundo
únicamente dispone de una sabiduría inaplicable contra la vehemencia
revolucionaria y derrochadora. Visto desde ese contexto estamos en una absurda
desventaja, pues la nueva elite posee las armas del hombre masa y el control
social que propicia el dinero y el poder político. Los soldados se sienten
fuertes, vestidos de oliva son impenetrables y más poderosos que nunca, asumen
de guardianes de la carretera y a su vez fomentan el crimen y se enriquecen
aprovechando el desbarajuste estatal.
Viendo todo el contexto desde dicha
panorámica pareciera estar todo perdido, pues en ocasiones por mucho que duela
solo el caos podría traer cambios, y el nuevo hombre masa no es individuo de
caos, sino de orden, y la elite superpuesta ha minado de anarquía su universo.
Es por ello que se presentan las dudas e incertidumbres, pues el nuevo hombre
masa ante la vista de que la lógica no es aplicable a su realidad empieza a
perder los sentidos, a querer disfrazarse de inadaptado, y proceder así a
generar un cambio que ya no haya como propiciar.
Aquella tarde que Ramos Allup
vociferó que participaría de las elecciones regionales el control de mi
televisor salió volando estrellándose contra la puerta del closet, los
improperios se adueñaron de mi garganta y en medio de mi efervescencia lo
maldije una y otra vez, entonces vale la pena preguntarse: ¿Por qué el nuevo
hombre masa ilustre y pensador ha soñado en convertirse en un mono violento y
agresivo? Sencillamente porque su realidad así lo dispuso, no obstante, una vez
pasada la algarabía del odio, el dolor, la desdicha, el nuevo hombre masa debe
volver a pensar, a apropiarse de las armas que le quedan y sabe usar, y salir a
dar la batalla, esa batalla, esa lucha que no acabará hasta el día en que caiga
el rey de la ignorancia, el nuevo hombre elite, quien también en su nueva
faceta de cambios aborrece la opinión popular y le teme al poder del nuevo
hombre masa, quien ahora le supera en números.
Twitter @emmarincon
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