Primer capítulo "Wolf"

El manicomio…


Será impredecible… ¿Que la vida no lo es? Ah, pero sí, la vida lo es; lo es cuando no está determinada o influida bajo un guion; lo es cuando no debes seguir al pie de la letra un papel hasta darte cuenta de que has sido horriblemente manipulado; lo es hasta que razonas que solo formas parte de un juego lúgubre y macabro, para satisfacer los impulsos sexuales y blasfemos de un psicópata como yo. Sí, lo admito, ese hombre soy yo, mi nombre es Mr. Wolf, lo tengo bien cubierto; cubierto, puesto que los hombres como yo no poseemos nombres de pila, nos ocultamos bajo una máscara de piel, un esmoquin, y un apellido refinado para ocultar las aberraciones que hay en nuestras mentes. Para ti seré un hombre elegante, aristócrata, que nació en cuna de ricos y acudió a las mejores universidades de cine en el mundo; pero, ¿seré realmente ese hombre? ¿Acaso somos lo que hacemos?, ¿o qué es lo que define verdaderamente quienes somos?

Para mí la vida es una larga película mal grabada y sin dirección, que frecuentemente tiene a los actores equivocados, interpretando papeles indefinidos carentes de lujuria e imaginación. La lujuria ¡oh sí!, la bendita lujuria, esa que todos reniegan, esa que nos salva de la mortalidad de nuestros cuerpos, de la humanidad de los humanos, del tiempo estúpido e infructífero que tenemos sobre la tierra y nos da alas. Yo no he venido a este mundo a propiciar la paz mundial, a erradicar el hambre, o a cumplir con un propósito; yo solo he acudido a esta cita con la vida para satisfacer mis adicciones, hacer evolucionar el arte, y complacer mis más sinsentidos deseos. El cine, la literatura, la musique, la pintura y el sexo en todos sus niveles, formas y escalas, ¿qué más quieres de ella? ¿Qué más podemos esperar? Cada vez que renegamos de nuestros excesos, en realidad estamos fermentando nuestras vidas, pues los cuerpos se dañan, se pudren, pero las almas florecen cuando la felicidad es tocada por esa libertad primitiva, dañina, excesiva y sin consciencia que admite esos vulgares actos que a nadie le gusta aceptar; desde un beso cálido con la perdición, hasta un puñal bien frío en la espalda de un maldito e inútil lisiado; eso, todo eso, en un río de piedras lleno de intrépidos habitantes descoloridos que chillan y se retuercen porque siguen sin comprender cuál es el despropósito de la vida. Y allí es donde aparezco yo, allí es donde cobro vigencia y resurjo de entre las sombras para hacer brillar al mundo con un poco de arte, y que se oscurezca la cotidianidad: libretos absurdos, papeles indefinidos, egocentrismo, retaliaciones, hedonismo, bondage, drogas, fantasías, orgías, anorexia, pánico, trastornos, muerte y más muerte; lo que se traduce en arte, ¡oh sí!, arte… permitid que florezca el arte, que se derrumben los presagios y prosperen los más vulgares hábitos de la humanidad, pues solo aquellos son quienes pueden realmente hacernos decantar y musitar ¡oh! ¡Ahhh! ¡Sí!, ¡sí! Dios, sí... Ya los imagino a todos, implorando, sufriendo, anhelando cada vez más, y más, y más, porque las creaciones imaginarias asustan a los imbéciles, pero hechizan y encantan a los genios, los cuales son en definitiva quienes nos hacen entender que la vida es mucho más que tres comidas al día, un cigarrillo y un café.

Convertir a la humanidad en un conjunto de esclavos del arte es el primero de los pasos para evolucionar como especie; el día en que comprendamos que más allá del amor, la sensatez, y los valores, se encuentra el arte, ese será el día en que la tierra transmute y cada átomo empiece a converger sobre la misma partícula de placer. Oh, sí, ese día, ese anhelado día en que las religiones no valgan sacrificios, en que los políticos no dirijan las masas, y en el que al sistema financiero no lo valore un pedazo de papel, ese día habremos conocido el verdadero arte: el arte de la vida, el de vivir, sí, vivir la vida, vive, vivo, la vida, la vida mía, la vida tuya, ¿que no somos una misma vida? Si flotamos alrededor del globo terráqueo, y nos aferramos a la misma ley de gravedad, ¿que no somos una misma vida? Los humanos, la tierra, el mundo, el universo, ¡qué espectáculo! Gocemos del arte, hagamos arte, vivamos del arte, lo demás es pura mierda… y más allá solo se encuentra todo lo relacionado con el sexo que, recuerden, es el arte más puro de todos...

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